Resumen de una evaluación por la economía experimental
Las variedades resistentes a las enfermedades criptogámicas constituyen una innovación reconocida para disminuir el uso de insumos en viticultura. A nivel agronómico, se han planteado numerosos debates sobre los medios más eficaces de hacer permanente esta resistencia y sobre la mejora cualitativa de los productos de estas variedades con vistas a un lanzamiento al mercado de los vinos que de ellas resultan. Desde un punto de vista económico, existen análisis orientados a las expectativas de los productores y a la reducción de los costes vinculados al uso de esas innovaciones pero, desde el punto de vista de los consumidores, aún no se había estudiado.
En el marco del proyecto Vinovert, los investigadores del ISVV, el INRA, BSA y el Gretha lanzaron un estudio sobre la aceptabilidad por parte del mercado de los vinos procedentes de variedades resistentes. El artículo correspondiente propone un análisis de la valorización por parte de los consumidores de vinos blancos procedentes de variedades resistentes y producidos en la región vitícola francesa del Languedoc (cosecha de 2016). Presentamos, aquí, una recopilación de los resultados del experimento en laboratorio realizado en París en junio de 2017, en el que un panel de 163 consumidores, compradores habituales de este tipo de vino, debía evaluar un vino de cepa Bouquet 3159 (monogénico resistente al mildiu y el oídio) comparándolo con dos vinos convencionales de diferentes niveles cualitativos, y con un vino con certificación ecológica de tipicidad y de nivel de precio comparables. Los resultados medioambientales y sanitarios de los modos de producción de los distintos vinos se cuantificaron mediante varios indicadores: el indicador de frecuencia de los tratamientos (IFT) y el análisis de la presencia de residuos de pesticidas.
Primero, los consumidores evaluaron los vinos tras catarlos, y con un nivel mínimo de información sobre la región de origen y el año de cosecha, luego, evaluaron, una vez informados de los modos de producción y el nivel alcanzado por nuestros indicadores (IFT y residuos de pesticidas).
El método utilizado para dar credibilidad a las evaluaciones individuales es el de la economía experimental, mediante un procedimiento de revelación directa de la disposición a pagar de los consumidores (precio máximo de compra consentido por la persona por una botella de vino en función de la información disponible). En efecto, siempre resulta difícil comprender los verdaderos compromisos realizados por los consumidores entre, por una parte, los aspectos puramente cualitativos, intrínsecos al producto y, por otra, los efectos extrínsecos vinculados al etiquetado y la información de la que disponen sobre los modos de producción (procedencia, certificaciones, alegaciones, etc.), sobre todo cuando se refieren a los resultados medioambientales.
El estudio propone, por lo tanto, una metodología de evaluación de las expectativas y de los intercambios realizados por los consumidores en el marco de la economía experimental, partiendo de las siguientes cuestiones generales:
- ¿Cuál es la disposición a pagar de un consumidor por un vino de variedad/es resistente/s, en comparación con su disposición a pagar por otros vinos convencionales, procedentes de la misma región de producción y el mismo nivel de precio?
- ¿Cuál es el efecto de la información de la eficacia medioambiental y sanitaria en la disposición a pagar de los vinos de variedades resistentes y en los intercambios o sacrificios que realizan los consumidores entre la calidad y el precio?
Los resultados obtenidos reflejan la dificultad de aceptación, a nivel puramente sensorial, del vino procedente de variedades resistentes, por parte de los consumidores. Sin embargo, observamos que una comunicación orientada a los resultados medioambientales y sanitarios conduce, en gran medida, a mejorar la posición del vino de variedades resistentes, para posicionarlo, finalmente, a la cabeza de las evaluaciones cualitativas medias. En el plano económico, esta valorización se traduce en cuotas de mercado elevadas, ganadas al terreno de los vinos convencionales. Por el contrario, las pérdidas de cuota de mercado son más limitadas en el vino convencional de primera calidad, lo que hace pensar que los vinos de calidad superior se verían menos afectados por la competencia de los vinos de variedades resistentes.
Si desea acceder a un resumen de 4 páginas del artículo y del informe científico: pinche aquí.
La publicación científica estará disponible a lo largo de 2019 en francés e inglés.